Hoy 1º de noviembre de 2008, inicio esta página. Aunque algunos amigos ya comentaron antes. Me encontraron porque colaboro en un blog amigo como "Rolito", un Rolito para gente más adulta en "Las fiestass del castillo"
En la cabecera de página, las imágenes, no son más que la expresión de mi deseo. El video musical también es una forma de expresión de mi deseo, el que estoy segura de que ustedes comparten.

miércoles, 22 de abril de 2009

Conclusiones sobre el tema de los amigos imaginarios

Antes de reflexionar sobre lo que leímos acerca de los amigos imaginarios, quiero relatar algo que me sucedió a mí, cuando tenía alrededor de seis años.
Yo sabía muy bien que la electricidad es peligrosa, pero creía que el peligro está en los cables y no en otros conductores.
Una noche, estando ya acostada, se me ocurrió jugar a que escuchaba radio; y entonces tomé un sacapuntas de los que no sé si todavía existen (en forma de "U", de metal, con una chapita con filo unida a los dos entremos de la "U"), y lo enchufé en un tomacorriente que estaba al lado de mi cama. En ese entonces no había llaves térmicas ni disyuntores ni protectores de ninguna clase (al menos en mi casa). Por suerte se cortó la luz al instante y no resulté electrocutada.
Mi madre sólo supo qué había pasado esa noche cuando yo ya fui adulta.

Tanto Dany como yo, pudimos haber resultado víctimas de nuestra imaginación y del descuido de nuestros padres.


Como los amigos imaginarios son producto de la fantasía de los niños, a veces como mecanismos de defensa o ayuda para resolver algunas situaciones que les resultan adversas, debemos vigilarlos muy bien. Todas las precauciones no son suficientes, a veces. En ocasiones, la imaginación de los pequeños supera nuestro razonamiento. No debemos confiarnos de que el chiquito haya entendido lo que le explicamos sobre tal o cual peligro. Tomemos las prevenciones antes de que ellos aparezcan.
De ninguna manera debe poder accederse a un techo de tejas en una vivienda en donde haya un niño, con el simple deseo de hacerlo. Tampoco debe haber electricidad al alcance de él, por mucho que se le haya hablado de los peligros que ella significa. Pero no sólo estas dos situaciones son peligrosas. Los padres deben contemplar todas las posibilidades de accidentes y evitarlas.
Esto no significa que debamos combatir al amigo imaginario, ni tampoco alentarlo. Como vimos, puede resultar provechoso para el control y la comprensión de los niños, que tengan uno; y que no se sientan inhibidos ante nosotros, por su presencia.
Los dos o tres autores vistos coinciden en que es normal tener un amigo imaginario entre los dos y seis u ocho años. Sólo después de esa etapa debemos preocuparnos; o si este amigo engendra violencia o causa el aislamiento del niño, de sus pares.


"POR UNA INFANCIA FELIZ, PARA UN MUNDO MEJOR"

ELIZABETH

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