Hoy 1º de noviembre de 2008, inicio esta página. Aunque algunos amigos ya comentaron antes. Me encontraron porque colaboro en un blog amigo como "Rolito", un Rolito para gente más adulta en "Las fiestass del castillo"
En la cabecera de página, las imágenes, no son más que la expresión de mi deseo. El video musical también es una forma de expresión de mi deseo, el que estoy segura de que ustedes comparten.

lunes, 23 de febrero de 2009

Eligiendo un jardín de infantes

Cuando elegimos el jardín de infantes para nuestros hijos, no siempre tenemos en cuenta lo más importante: para qué los enviamos, qué esperamos del establecimiento escogido…Muchas veces los enviamos únicamente porque el estado lo exige y no nos importa a cuál, otras porque deseamos que nuestros hijos estén preparados para ingresar felizmente en la etapa de la educación primaria, a veces sólo pretendemos que nuestros hijos concurran a un lugar cómodo y acogedor pero no creemos que sea importante este nivel educativo aunque nos da la posibilidad de dejarlos en algún lugar en nuestro horario de trabajo, otras veces queremos que esté en el mejor jardín porque sí, porque nuestro vecinito lo está. Pero… ¿Cuál será el mejor jardín? ¿El más caro? ¿El más elegante? Debemos tener en cuenta todos los puntos de vista para que esta etapa tenga un desarrollo feliz.

Muchas veces nos dejamos deslumbrar por un coqueto jardincito al que va toda la “crema de la zona”. ¿Pero será este el mejor lugar para nuestros pequeños? ¡Cuidado!

Aníbal, desde muy bebé se desesperaba por estar con otros niños de su edad y no podía. Él nació a mis treinta y tres años, los hijos de mis amigas ya tenían alrededor de diez y no jugaban con él como él lo necesitaba, en el mejor de los casos lo mimaban o lo ignoraban, pero muchas veces lo tomaban por una mascota y lo fastidiaban o malcriaban. Él necesitaba compartir momentos con niños de su edad. Ni siquiera tenía primitos a quienes ver aunque sea de vez en cuando. Tampoco teníamos vecinitos de su edad para que jugara con ellos. Cuando lo llevábamos a la calesita o al parque, si algún niño era agresivo con él, no se defendía, no sabía cómo, no tenía oportunidad de aprenderlo porque estaba sobreprotegido entre mayores, no lo necesitaba. Razón por la cual, a sus dos años, pensé que sería bueno un “jardincito” para él. El problema estaba en su edad. Me costó encontrar uno que yo considerara apropiado y que lo recibiera en él. Pero cada padre sabe las necesidades de su hijo y por eso insistí. Hay niños que no necesitan un jardín de infantes y sólo concurren a él un año antes del ciclo primario de educación y se encuentran perfectamente. Pero como yo consideraba que el mío lo necesitaba busqué y busqué y expliqué a las docentes que no pretendía que adquiriera destrezas, sino que aprendiera a compartir su tiempo con otros niños.

Había un “jardín” de muy buena reputación en la zona pero era caro. Estábamos dispuestos a pagarlo viendo la necesidad de Aníbal. Pero no lo tomaron, debía tener los tres años cumplidos. No hubo caso de convencer a la directora ni aún diciéndole que el niñito ya pedía para ir al baño y que hablaba mejor que otros de cuatro años.

Me recomendaron otro que tenía los mismos aranceles, pero que también tenía guardería (cuidaban bebés de madres que trabajaban), quizá en este lo tomarían. Así, que fui a conocerlo. Fui atendida con mucha amabilidad, demasiada. Antes de llegar a la dirección del establecimiento, debí pasar por una sala donde había varias cunas con niños durmiendo. Muchos de ellos eran niños grandecitos, como para estar en los columpios o en las salitas moldeando arcilla o pintando. Aníbal no hubiese querido dormir sabiendo que había niños ahí. Además para dormir podría estar en casa, yo no necesitaba una guardería porque no trabajaba fuera del hogar. Sólo quería que mi hijo fuera acostumbrándose a estar con otros niños y veía que lo necesitaba.

Por fin encontré uno de muy buenas referencias, en donde sí lo tomaron, a pesar de no tener guardería al ver que Aníbal hablaba bien, pedía para ir al baño y tenía la madurez necesaria.

¿A qué vino todo este relato? A que en el jardín con guardería en donde observé dormidos a niños que debían haber estado jugando con otros chicos, había habido, dos años más tarde, un fallecimiento de uno de los niñitos. Se comentó que había muerto de sobredosis de sedantes. Se lo suministraban a los pequeños para que durmieran y no dieran trabajo.

Ésta fui mi experiencia, que pudo haber sido peor, de haberlo enviado a ese jardín a mi hijo. Otros padres se ven envueltos en situaciones de abusos sexuales a sus hijos. Otros de malos tratos físicos o psíquicos. Otros tienen el problema de que sus hijos no fueron correctamente entrenados para su ingreso al nivel siguiente. Otros enfrentan problemas de salud por falta de calefacción o higiene del lugar.

No siempre los más afamados jardines de infantes son los mejores. El de mi relato tenía muy buenas referencias, a él concurrían los hijos de los vecinos más destacados de la zona.

Hay que velar por todos los detalles al decidir a cuál de los lugares vamos a enviar a los chicos: por el entrenamiento que recibirán, por el cuidado con el que serán conducidos, por la higiene y por la seguridad de las instalaciones. Y una vez iniciado el año lectivo, observar mucho, mucho la conducta de los pequeños, que esa conducta nos contará más del “jardín”, que toda la promoción que pueda tener éste y que todas las referencias de quién sabe quiénes.

Si querés encontrar un buen jardín buscá la cara de felicidad en los preescolares al dirigirse a él. En donde la encuentres, allí está el posiblemente buen jardín. Digo posiblemente, porque además de ir felices deben regresar con algún conocimiento o alguna habilidad adquiridos.

Mañana voy a hablar de cómo se prepara a los preescolares para su ingreso a esta etapa de su formación. Y cómo se lo mantiene interesado el ella



"POR UNA INFANCIA FELIZ, PARA UN MUNDO MEJOR"

ELIZABETH




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