Hoy 1º de noviembre de 2008, inicio esta página. Aunque algunos amigos ya comentaron antes. Me encontraron porque colaboro en un blog amigo como "Rolito", un Rolito para gente más adulta en "Las fiestass del castillo"
En la cabecera de página, las imágenes, no son más que la expresión de mi deseo. El video musical también es una forma de expresión de mi deseo, el que estoy segura de que ustedes comparten.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

PADRES DEL DOLOR _ I

Esta entrada está dedicada a Clara y Noelia, dos mamás que “pudieron” comentar en el tema de los padres de bebés y niños fallecidos. Digo “pudieron” porque no es fácil expresar un dolor, y mucho menos cuando ese dolor es a causa de un hijo. Los dolores a causa de los hijos son los más atroces que se pueden sentir y los más difíciles de expresar e imposibles de superar. El dolor es tan grande que muchas veces ni siquiera nos permite llorar. Pero no quiero clasificar ni calificar dolores. Ningún dolor es comparable con otro, cada dolor es único y cada persona que lo siente también es única. Cada respuesta al dolor es su vez, única.

¡Gracias Clara! ¡Gracias Noelia! Gracias por compartir vuestro sentimiento y por permitir que otro pueda acompañarlas en esta triste vivencia. Los “de afuera” muchas veces queremos pero no sabemos cómo acompañar, y a veces, en vez de lograrlo molestamos o causamos más pena. Por eso son tan buenos los grupos de autoayuda, los grupos de personas que se encuentran en situaciones similares. Uno se siente más acompañado por alguien que sabe de lo que nos lastima, más acompañado que por un especialista. Muchas veces los especialistas carecen de las vivencias que los harían entendernos y acompañarnos mejor.

Hace varios meses que incluí el tema de los bebés y niños fallecidos pero recién en estos días fue comentado. Y sin embargo, la mayoría de los ingresos en esta página se hacen por dicho tema o por el tema del entorno de un niño. Por eso pensé que es necesario volver sobre ellos. Pero si supiera exactamente qué motiva las consultas, mis reflexiones serían más aprovechadas por los lectores. Cuando los temas tratados son muy específicos, prefiero copiar de quienes los entienden mejor. Yo no soy especialista en nada. Lo que yo expreso son sólo mis pensamientos y mis sentimientos, que también son únicos y sólo míos; aunque espero que puedan ayudar.

Estoy cerca de personas que sufrieron grandes pérdidas y eso me hace intentar comprenderlas y acompañarlas. Por estar cerca de esas personas, esas grandes pérdidas también son mías. Mi único hijo perdió a sus dos más grandes amigos. Uno se suicidó, el otro nació con un problema de salud que lo cansó y a los veinticinco años decidió no recibir más atención médica y falleció. Yo no puedo sentir el dolor de sus madres pero sí sentí y siento la angustia de pensar que podía haber sido mi hijo cualquiera de ellos. Sentí el dolor de mi hijo que perdió a sus dos hermanos del alma, el de las madres de esos chicos que son amigas mías y el mío propio de haber perdido a dos personas por quienes fue creciendo mi cariño y traté durante toda la infancia, adolescencia y parte de la juventud de Aníbal (mi hijo).

Las familias de esos chicos no están solas, tienen alrededor a mucha gente que las quiere y procura ayudarlas, pero no siempre es posible. Se sienten más acompañadas por sus grupos de autoayuda. Y es bueno para ellas dejar que así sea. Duele pensar que nueva gente, hasta hace poco desconocida, pueda ayudar más que uno, pero hay que entender que esa gente está más cerca de los sentimientos que sus pérdidas le causan. Clara, Noelia, madres del dolor todas, padres del dolor todos: También ustedes están rodeados de seres que quieren acompañarlos pero no saben cómo y a veces molestan. Esas personas están esperando que ustedes las busquen, que les digan cuánto las necesitan, que les permitan un abrazo o una lágrima compartida, o simplemente recordar y mirar fotos y videos de ese hijo que partió. Yo siento que le hago bien a mi amiga cuando llora conmigo o me cuenta sus recuerdos o recordamos juntas momentos compartidos.

Las personas que nos quieren están esperando saber cómo pueden ayudar si estamos mal. Si les decimos qué es lo que nos sirve y qué lo que nos daña, acompañarán mejor. Esas personas están ahí sufriendo por nuestro dolor. Esas personas están ahí con sus propios dolores. Porque la vida es eso: alegrías y penas. Y tenemos el deber y el derecho de vivir las dos cosas. Tenemos el derecho de recordar a los que no están pero también tenemos el deber de vivir con y por quienes sí están. Sé que es difícil, sé que estamos preparados para perder a nuestros abuelos y padres, pero que nadie está preparado para perder un hijo. Tampoco mujer alguna está preparada para no ser madre. Ninguna mujer está preparada para no concebir un hijo. Sé del dolor de no poder concebir un hijo. Lo viví en carne propia durante ocho años. Lo sentí en alma propia durante esa misma cantidad de años y será mi próximo tema: “Las madres que no pueden llegar a serlo biológicamente pero que lo son en el alma”.

¡Un abrazo enorme para todas las “Clara” y para todas las “Noelia” y para mis Faby y Mabel!