Hoy 1º de noviembre de 2008, inicio esta página. Aunque algunos amigos ya comentaron antes. Me encontraron porque colaboro en un blog amigo como "Rolito", un Rolito para gente más adulta en "Las fiestass del castillo"
En la cabecera de página, las imágenes, no son más que la expresión de mi deseo. El video musical también es una forma de expresión de mi deseo, el que estoy segura de que ustedes comparten.

jueves, 6 de noviembre de 2008

¿Qué es pedofilia?

Definamos:

En el lenguaje común, se llama pedófilo, al que abusa sexualmente de los niños. La paidofilia o pedofilia (del griego páis-paidós, «muchacho» o «niño», y filía, «amistad») es la inclinación, por parte de adultos, a sentir una atracción sexual primaria hacia niños o adolescentes.

Según lo visto aquí, la pedofilia no es un acto, no es un delito. Es una inclinación sexual, es una particular atracción sexual hacia los niños. Del dueño de este sentimiento depende que se convierta, o no en abuso sexual, que sí es delito. La pedofilia es el sentimiento y el abuso sexual hacia los niños (pederastia), es la práctica de ese sentimiento, aunque se generaliza diciendo que pedofilia es el abuso sexual.

El psiquiatra Richard von Krafft-Ebing enumera las siguientes características:

A-El interés sexual se dirige hacia los niños, tanto prepubescentes como al principio de su pubertad.

B_Interés sexual primario (es decir dirigido de manera exclusiva o principal) hacia niños.


C_Interés sexual que permanece a lo largo del tiempo.

Algunos sexólogos consideran que no sólo los adultos, sino los jóvenes pospúberes podrían distinguirse como posibles pedófilos.

A pesar de que la psiquiatría «oficial» considera la pedofilia como una enfermedad, no todos los psiquiatras comparten esta opinión.


Sólo la atracción primaria es pedofilia

Una persona no es necesariamente pedófila por sentirse atraída sexualmente por los niños o las niñas, sino porque esa atracción sexual es primaria (o sea la atracción principal, aunque también esté atraído o atraída por otros objetos sexuales). Estadísticamente, al menos una cuarta parte de las personas adultas pueden sentirse sexualmente atraídas a niños o niñas y no por ello ser pedófilas. Nótese que es posible diagnosticar la paidofilia por la mera presencia de "fantasías o deseos sexuales" del sujeto, sin necesidad de que lleve a cabo actos sexuales con niños.

La American Psychiatric Association ("Asociación Psiquiátrica Estadounidense") incluye un diagnóstico estándar basado en 3022 casos de pedofilia:

  • A_Fantasías sexuales intensas o recurrentes, impulsos sexuales o comportamientos que implican actividad sexual con uno o varios niños prepubescentes (generalmente de 13 años o menores) durante un periodo de al menos 6 meses.
  • B_La persona ha actuado por estos impulsos, o los impulsos o fantasías sexuales provocan ansiedad o dificultades interpersonales.
  • C_La persona tiene por lo menos 16 años y es como mínimo 5 años mayor que el niño o niños del punto A

Nota: no se incluye a individuos al final de su adolescencia implicados en una relación sexual activa con un sujeto de 12 ó 13 años.

La frontera real entre niñez y adolescencia puede variar en cada caso y es difícil de definir en términos estrictos de edad. La Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, define la adolescencia como el periodo comprendido entre los 10 y los 20 años de edad.


Efebofilia

La efebofilia, también conocida como hebefilia, es la condición en la cual personas adultas experimentan atracción sexual hacia adolescentes que ya han pasado la etapa de la pubertad. La pederastia -en la Antigua Grecia- era la atracción hacia adolescentes masculinos. La atracción hacia adolescentes femeninas cuyo físico corresponde más bien al de una preadolescente (niña, puberta o prepuberta) es conocido como «loli-con » o «complejo de lolita».

Por definición, estos términos no son sinónimos de pedofilia. No obstante, en los países occidentales se ha usado con frecuencia la palabra pedofilia para referirse a la efebofilia y, en general, a la atracción sexual hacia cualquier persona cuya edad sea menor a la edad de consentimiento sexual.

Regulación jurídica

La mayoría de los países civilizados conservan un Derecho penal de acto, por lo que se castiga la pederastia, es decir, el acto de abusar sexualmente de un menor, y no la mera tendencia sexual pedófila, lo que sería más propio de un inadecuado Derecho penal de autor. Por ello un acto de abuso sexual infantil no es calificado como pedofilia por las leyes. Sin embargo en algunos Códigos penales sí se contemplan delitos que castigan dicha conducta.

Pese a esto, algunos periódicos y otros medios, hacen un uso erróneo de los términos «acusado de pedofilia» o «pedófilo convicto» en referencia a individuos acusados o convictos por abuso sexual infantil e incluso otros términos como «pedófilo en serie». Sin embargo, pederastia se utiliza de forma preferente en el sentido de delito, y menos frecuentemente como enfermedad; en la prensa se habla de «delitos de pederastia», «condenado a 40 años por pederastia», «acusado de pederastia» y «red de pederastia».

Esta preferencia de emplear pedofilia para referirse a la atracción sexual o la enfermedad, puede deberse al hecho de que este término es actualmente el más utilizado en psiquiatría para designar el trastorno mental y, por influencia médica, es la palabra escogida por los periodistas para hablar en términos psiquiátricos.

Referencia

Desde el punto de vista semántico, la distinción es clara: una cosa es sentir atracción erótica por los niños, y otra, abusar sexualmente de ellos. Similares diferencias de significado encontramos en el Diccionario de uso del español de María Moliner, donde se define el término pedofilia como una «perversión» del adulto que se «siente atraído por niños», mientras que la pederastia se toma como una «práctica».

Seco, Andrés y Ramos, en su Diccionario del español actual, definen la pedofilia como una «atracción», y reservan pederastia para la «relación homosexual de un hombre con niños», lo que introduce el matiz semántico de la homosexualidad, aunque dentro del campo de las prácticas sexuales, tal como hacen el diccionario académico y el diccionario de María Moliner. Así pues, la distinción entre la tendencia sexual (pedofilia) y la práctica abusiva -y además delictiva- (pederastia), aunque infrautilizada en la lengua, está perfectamente registrada en los diccionarios.

Se ha planteado una alteración neuroendocrina como base del cuadro, ya que en algunos casos se ha vinculado su aparición con daños orgánicos cerebrales que afectan al hipotálamo o al sistema límbico; sin embargo, las mediciones de testosterona no han mostrado diferencias con la población general.

La pedofilia es una parafilia en que hay una atracción sexual intensa, urgente, recurrente, por los niños, existiendo casi exclusivamente apetito sexual y excitación incontrolables, por los menores de 13 años


La parafilia

En la discusión del tema se advierte una ausencia de participación médica, tanto en los medios de comunicación como en el trámite parlamentario de la ley sobre pedofilia o ante el proyecto, que propuso la castración para los pedofílicos.

El DSM IV (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) define la parafilia como un impulso recurrente, urgente a excitarse con fantasías o acciones que involucran: 1. Objetos no humanos; 2. Sufrir o inferir humillación o daño a uno mismo o a su pareja sexual; 3. Dirigirse a niños o a personas que no consienten esta conducta. Debe existir a lo menos por 6 meses, en forma permanente o episódica y se sitúa claramente, fuera de las prácticas sexuales socialmente aceptadas, llamadas antiguamente perversiones sexuales, hoy parafilias. La parafilia, palabra formada por el prefijo para (al lado de o anormal) y philia (amor), ocasiona riesgos y sufrimientos a quien la realiza y daña severamente al otro afectado, especialmente cuando es un niño.

Debe descartarse que haya otros desórdenes psiquiátricos, retardo mental, trastornos orgánicos cerebrales, abuso de drogas, que lleven en forma secundaria a este problema. La pedofilia es generalmente un trastorno primario, que se presenta sin patología previa.

La alteración de la excitación sexual (que sólo ocurre ante el estímulo de un menor), se ha podido confirmar utilizando pletismografía peneana y el registro de la erección («Regiscan»), para constatar su desencadenamiento ante videos que muestran actividades pedofílicas con niños de uno u otro sexo.

Por esta base biológica de la sexualidad, disminuir o antagonizar la testosterona es de utilidad terapéutica mediante: 1. Castración: elimina la principal fuente de testosterona, presenta un bajo porcentaje de recidivas, aunque puede ser contrarrestada por la automedicación con andrógeno; 2. Fármacos antidepresivos: aumentando la serotonina disminuyen la líbido y la excitación sexual, son complemento de la terapia psiquiátrica favoreciendo menos recidivas; 3. Terapia endocrina: disminuyendo la secreción de andrógenos o interfiriendo su acción en el efector (antiandrógenos) inhiben la líbido, excitación y erección. Se han utilizado: a) acetato de medroxiprogesterona, b) análogos del GNRH y c) antiandrógenos (acetato de ciproterona)

Ningún tratamiento consigue la curación de la pedofilia. Es necesario realizarlo para disminuir las recaídas y agresiones sexuales. La terapia endocrina es efectiva y menos mutiladora que la castración, sólo si el paciente la mantiene por voluntad propia o coerción legal.

La legislación en distintos países hace recaer sobre la Medicina y el Estado serias responsabilidades, estableciendo la castración de los pedofílicos u obligándolos a aceptar una terapia psiquiátrica y farmacológica, hospitalizados en unidades de psiquiatría forense de cárceles o en servicios de salud mental. Las leyes establecen que para obtener libertad condicional se requiere el diagnóstico médico de «curación» del pedofílico y no constituir peligro para la sociedad. Considerando la no curación y la frecuencia de recidivas, esta disposición legal hace recaer sobre el médico la responsabilidad de dejarlo permanentemente recluido en dichos servicios, o asumir el riesgo de los actos del pedofílico una vez liberado

El costo de estas terapias: hospitalización y el contar con equipos multidisciplinarios, implican un gasto importante para el Estado. Todos estos aspectos deberían ser considerados al legislar sobre esta materia.

Dr. Enzo Devoto C, Dra. Lucía Aravena C.
Sección Endocrinología, Hospital Clínico San Borja-
Arriarán, Santiago, Chile.
Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Campus Central.

Esta síntesis fue extraída de Wikipedia, donde podrás ampliar los conceptos

"POR UNA INFANCIA FELIZ, PARA UN MUNDO MEJOR"


ELIZABETH

3 comentarios:

Eli dijo...

Lo importante es "HACER ALGO" contra la pedofilia: informar, vigilar, denunciar... Ésto es lucha contra la pedofilia.

¡Gracias por pelearla!

Angeles dijo...

Es muy bueno esto que estás haciendo. Muy valiosa la información.
Un beso.

Elizabeth dijo...

Angeles: Esa es la idea, Que lo que aquí se lee, ayude al desarrollo de los niños.

¡Gracias por tu visita!