ANGELITOS SUB SEIS

Los papás de Angelita consideraron que ya es tiempo de que conozca la casa del Señor, acaba de cumplir tres añitos. Los feligreses, silenciosos, escuchaban al cura cuando se escuchó la aguda vocecita de Angelita preguntando: "¿Por qué tengo que venir a la casa de Dios, si Él está en todas partes? ¿Por qué no puedo hablar con Dios en mi casa?"
"¡SHH!", dijo su papá.
"¡SHH!", dijo su mamá.
"¡SHH!", dijo el cura.

Y Angelita volvió a preguntar: "¿Y por qué tengo que portarme bien si Dios lo perdona todo?"
"¡SHH!", dijo su papá.
"¡SHH!", dijo su mamá.
"¡SHH!", dijo el cura.

"¿Y por qué tengo que rezar y pedir a Dios?"
Esta vez, antes de que suenen los chistidos, el cura dijo: "Porque Dios lo puede todo".

"¿Y puede crear una piedra grande, grande, muy grande?"
"¡¡¡Sííí!!!" Dijo el cura ya fuera de sí.

"¿Tan grande que ni Él puede levantarla?"
"¡¡¡Sííí!!!" Gritó el cura enojado. "¡Dios es omnipotente!"

"¿Y qué es omnipotente?"
"¡Que Dios lo puede todo, hasta crear una piedra que ni Él pueda levantar!", gritó el cura.

"¡¡¡Mami!!! ¡¡¡Papi!!! ¡El cura es un mentiroso: Dice que Dios, no puede levantar una piedra!"
"¡Pero puede crear una piedra semejante porque es omnipotente!", dijo el cura.

"¿Entonces en qué quedamos? ¿Dios es o no es omnipotente?, preguntó Angelita.
"¡Lo fué hasta que vos te metiste!" Exclamó la madre angustiada por no saber cómo arreglar el desastre que provocó Angelita.
"¡Sí, eso!" Dijo su padre más angustiado aún.

"¡¡¡QUEDAN EXCOMULGADOS LOS TRES!!!", gritó el cura.